El Proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética —para 2030 se tienen que reducir las emisiones de efecto invernadero en un 23% en comparación con 1990— salió adelante en el Congreso, a pesar de los votos en contra de VOX y la abstención del PP y de Más País.
Una vez superado este escollo, el siguiente paso será su aprobación en el Senado, un mero trámite porque
los partidos que han apoyado la normativa cuentan con amplia mayoría. A pesar de que por el resultado de la votación en la Comisión de Transición Ecológica de la Cámara Baja (22, a favor; 10, abstenciones y 5, en contra) podría parecer que ha sido fácil para el Gobierno, lo cierto es que en el ínterin se han incluido 758 enmiendas.
La que más afecta a la automoción es la que conlleva, por demanda de ERC, que los municipios con poblaciones que sobrepasen los 20.000 habitantes tendrán que disponer de zonas de bajas emisiones en 2023, cuando el texto inicial fijaba solo las que superen las 50.000, así como los territorios insulares.
No obstante, la Ley de Cambio Climático establece que las ciudades de entre 20.000 y 50.000 solo tendrán que crear estos espacios «cuando se superen los valores límite de los contaminantes». El resto de cuestiones centrales de la normativa se mantienen inalterables, incluida la intención de que en 2040 se dejen de vender vehículos de combustión interna.
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