Seat ha firmado con los sindicatos CCOO y UGT, en una reunión extraordinaria de la Comisión de Igualdad celebrada hoy, un Protocolo sobre protección de las víctimas de violencias de género, con el que la compañía se compromete a aplicar una batería de medidas adicionales a las previstas legalmente, con el objetivo de mejorar la protección de las mujeres, tanto en el ámbito laboral como en el privado.
Este hito da continuidad a la adhesión por parte del fabricante a la iniciativa Empresas para una sociedad libre de violencia de género en abril del año pasado, mediante la firma de un convenio de colaboración con el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
Según consta en el protocolo, la situación de violencia de genero puede ser comunicada, mediante un correo electrónico creado exprofeso, por la mujer, los representantes de los empleados (legales o sindicales), los servicios médicos de la compañía o cualquier persona de la empresa conocedora del caso.
Una vez quede acreditada la violencia de género a través de las vías legalmente establecidas —por ejemplo, sentencia condenatoria o orden judicial—, se informará a la víctima de todos los derechos laborales y sociales, así como de la posibilidad de acogerse a ellos inmediatamente, para lo cual se le guiará en cada uno de los trámites.
Con el fin de ayudar a la mujer a que el agresor no pueda localizarla y a aumentar su seguridad, se establecen medidas de reordenación del tiempo de trabajo, como la flexibilidad en las horas de entrada y salida, la elección del turno, la reducción de jornada (de hasta el 50% y sin reducción de salario durante los tres primeros meses) o la aplicación del teletrabajo.
En caso de que la víctima tuviera que abandonar su puesto de trabajo para hacer efectiva su protección o su derecho a asistencia social integrada, tendrá la posibilidad de trasladarse a cualquier otro centro de Seat para ocupar una responsabilidad que la empresa tenga vacante del mismo grupo profesional o nivel equivalente —si no existe, podrá asumir cualquier posición y se le respetará la retribución—. Si se hace efectivo el cambio, se le reservará el cargo anterior durante 12 meses. Transcurrido dicho periodo, podrá continuar en su nuevo destino o volver al precedente.
Acciones contra el agresor
Si el maltratador presta servicio en el mismo centro, la compañía arbitrará las medidas organizativas necesarias para que “no coincidan ni temporal, ni geográficamente”, procediendo a cambios de taller, lugar de trabajo o turnos, e, incluso, si se produjera un hecho constitutivo de violencia de género, se tratará como falta laboral muy grave, pudiendo acarrear el despido. Para las víctimas que continúen trabajando para el constructor, se consideran justificadas todas las ausencias o impuntualidades motivadas por la situación de violencia, dándose categoría de permiso retribuido cualquier falta para atender diligencias judiciales.
Otro escenario que se aborda es la necesidad que pueda tener la trabajadora de suspender el contrato. La empresa tiene la obligación de aceptar la excedencia con una duración de entre tres y 18 meses, reservándole el puesto en ese lapso. Si se optara por solicitar la baja voluntaria en la empresa, al tener que iniciar un nuevo proyecto de vida, se garantiza la prestación por desempleo, además de percibir una compensación de 20 días de salario por año trabajado con un tope de seis mensualidades.
A todas las medidas anteriores, se suman una serie de ayudas económicas a fondo perdido, como una de hasta 1.000 euros por cada hijo menor de 25 años que conviva con la empleada —siempre que estos tengan rentas anuales inferiores a 8.000 euros— para atender necesidades derivadas de tratamientos médicos, honorarios de abogados, cuotas de colegio u otras necesidades especiales. Además, se ofrecen 1.500 euros a fondo perdido para cambio de domicilio, un préstamo de hasta 3.000 euros para alquiler de vivienda y el un complemento hasta el 100% de la retribución ordinaria por incapacidad temporal.
En relación a medidas de seguridad en el ámbito laboral, la mujer tendrá derecho a entrar en el centro con su propio coche, la posibilidad de tener un teléfono de empresa durante un máximo de 12 meses para preservar la confidencialidad o que se le exima de tareas que impliquen desplazamientos al exterior. Seat, igualmente, asume el apoyo médico a través de sus servicios médicos y la asistencia social que se requiera.
Formación y sensibilización
Como parte del objetivo de sensibilización de los 15.000 trabajadores de Seat (3.000 son mujeres), para que sean capaces de detectar posibles casos de violencia de género y contribuir a la protección de las personas afectadas, la empresa llevará a cabo diferentes acciones, como una sesión formativa abierta a la plantilla con Ana Bella Estévez, superviviente de violencia de género y creadora de la fundación Ana Bella —ha asesorado en la elaboración del protocolo—, además de la difusión de recursos didácticos.
Para garantizar que se cumple el protocolo, se va a crear una Comisión de Seguimiento en el plazo de un mes, que presentará anualmente un informe a la Comisión de Igualdad para proponer medidas correctoras y posibles mejoras.
