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España

Las aseguradoras plantean que las marcas sean titulares del seguro de los coches autónomos que venden

La propuesta de Unespa incluye que se expidan dos seguros, uno personal para el conductor, y otro que haga responsable al fabricante en caso de accidente

Interior de un 'concept' de coche autónomo. fuente: Mapfre.

Uno de los mayores debates que se han abierto durante los últimos años en torno al futuro autónomo de los vehículos se refiere a la responsabilidad en caso de accidente. El mayor problema está en cómo saber quién tiene la culpa, si el conductor o el propio coche, para lo cual sería necesario poder comprobar quien llevaba el control del conjunto.

Para tratar de poner una solución, la patronal de las compañías aseguradoras, Unespa, ha hecho públicas varias propuestas al respecto en su documento de trabajo “Sector asegurador: nuevos retos del sector del automóvil”. La principal se basa en la creación e implantación en el futuro de una póliza que responsabilice a los fabricantes de automóviles autónomos si se produce una colisión con el piloto automático puesto. Por tanto, tras la compra de uno de estos coches, habría dos seguros vigentes, el primero el perteneciente al piloto, que cubriría sus daños materiales y personales (además de los de terceros) si el control fuese manual; y el segundo, que haría que la marca tuviese que pagar las reparaciones en caso de que la conducción automática estuviese activa.

“Sería conveniente que, en la cadena de intervinientes en la fabricación de los vehículos autónomos, se establecieran seguros obligatorios con sumas aseguradas suficientes, para que, siempre que procediese, poder resarcir un fallo”, resume el documento.

Además, la idea sería sacarlo adelante gracias al uso de la telemetría de cada viaje incluyendo una especie de caja negra, para así conocer en cualquier momento cual era la situación antes de un accidente. Sin embargo, también se afirma desde Unespa que, si en algún momento durante los próximos años, los automóviles acaban siendo 100% autónomos, “resultaría jurídicamente imposible imputar responsabilidad alguna al supuesto conductor potencial, entre otros motivos, porque habría dejado de serlo para pasar a ser exclusivamente pasajero”.

Este futuro, a juicio de la patronal, no llegará al menos hasta que no se ponga en la calle y se regularice el nivel 5 de conducción autónoma. Estiman también que la renovación del parque actual hacia una mayoría de coches conectados y con grandes controles sobre el pilotaje tardará, al menos, 30 años.

El mayor inconveniente para el desarrollo de este tipo de tecnologías automovilísticas, según las aseguradoras, radica en que las marcas conocen bien el producto que fabrican, y, por tanto, sus ingenieros y mecánicos tienen una formación adecuada, cosa que no ocurre, al menos por el momento, con talleres independientes e incluso con peritos, ya que ambos grupos pueden verse superados al tratar con conjuntos excesivamente modernos sin los conocimientos necesarios. Afirman que esto puede hacer que “se llegue al límite del bloqueo de competencia entre independientes y la casa oficial”.

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