Ignacio Anasagasti / Pablo M. Ballesteros / Juan Ferrari / Madrid
El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) ha presentado, recientemente, su propuesta respecto a la partida de 50 millones de euros que se dotó en los Presupuestos Generales del Estado de 2017 para “financiar actuaciones de apoyo a la movilidad eficiente y sostenible”.
Según ha podido saber La Tribuna de Automoción de fuentes gubernamentales, el organismo, adscrito al Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, plantea que la dotación se divida en tres acciones diferentes. Por un lado, está prevista la aprobación de un plan de ayudas a la compra de vehículos propulsados por energías alternativas, denominado ProMovea, que contaría con 20 millones de euros; mientras que, por otro, se contempla la puesta en marcha de otro par de líneas de incentivos, una para la instalación de infraestructura de carga en lugares públicos y otra de innovación, cuya dotación no se ha delimitado todavía.
En el primer caso, el programa será validado, previsiblemente, con una resolución en el próximo Consejo de Administración del IDAE, que se celebrará en la última semana del mes. Fuentes del sector señalan que la reunión ejecutiva se suele celebrar en lunes o martes y que la fecha elegida depende de la agenda del secretario de Estado de Energía, Daniel Navia Simón, quien preside la entidad.
Este nuevo plan es “muy similar” al Movea, que depende de la Secretaría General de Industria, según declaran a esta publicación fuentes gubernamentales. Es decir, no habría apenas variaciones en relación a las cuantías por tipo de energía, ni en los beneficiarios ni en los vehículos subvencionados. Con este planteamiento, se dejan fuera de las ayudas estatales a los coches de combustión (diésel y gasolina).
Adiós al Plan PIVE también para 2018
En un principio, la idea del Gobierno era lanzar un programa integral que supusiera la síntesis del Movea y de un PIVE más restrictivo, sin embargo en las negociaciones entre el Ministerio de Energía y el de Economía este escenario se ha descartado. Entre las razones que se han esgrimido se encuentran, fundamentalmente, las “restricciones técnicas y presupuestarias” que supondría desarrollar esta medida y la confusión que se podría generar en el consumidor al mezclar en una misma acción diferentes tecnologías. Asimismo, se expuso que aprobar ayudas para vehículos de combustión con un importe tan reducido —el ministerio liderado por De Guindos defendió, en un inicio, que se reservasen 25 millones— no sería razonable, porque durarían muy poco tiempo—los fondos se habrían consumido antes de final de año—, dada la gran demanda que existe en el mercado.
Por todo ello, el sector se tendrá que olvidar, por el momento, de los incentivos al diésel y a la gasolina. Es más, en el borrador de Presupuestos Generales de 2018 tampoco se contemplan planes similares al PIVE, sino una reedición del esquema de este ejercicio, con 50 millones de euros para el IDAE y 16,6 millones para Economía, para un Movea. El Gobierno, con la intención de dar continuidad a estos programas, tendría previsto, igualmente, repetir ese reparto, al menos, hasta 2019, según fuentes gubernamentales.
Ante ello, la única vía para que se active un plan de achatarramiento en los próximos meses es que el Gobierno conceda un crédito extraordinario, como ha sucedido con alguna edición del PIVE, algo que, actualmente, no está encima de la mesa, según destacan las mismas fuentes.
La propuesta del IDAE se encuentra en periodo de observaciones. El Ministerio de Economía ya ha remitido las suyas al organismo, entre ellas que no se separe la línea de ayudas a la compra de vehículos de la de infraestructura.
Tras la definición del ProMovea, el instituto tiene pendiente fijar los detalles y la asignación presupuestaria para infraestructura y para innovación. En el segundo caso, fuentes del sector comentan a este medio que las subvenciones podrían destinarse a proyectos de mejora de la movilidad eléctrica, entre otros.
