Stellantis continúa su ofensiva eléctrica, con la ambición de alcanzar un 70% de mix electrificado en sus ventas de cara a 2030. Curiosamente, para el peso que suponen los derivados de turismo en el volumen de ventas para el conglomerado italo-franco-americano (34% de cuota de mercado en Europa), los modelos K9 producidos en Vigo han sido los últimos en llegar a la gama cero emisiones.
En concreto, las primeras en desvelarse han sido sus superventas en España y Francia, las Citroën e-Berlingo y Peugeot e-Partner, en sus versiones de carga. El responsable de Proyecto de Vehículos Comerciales Eléctricos para el conglomerado, Sébastien Grandmougin, confirmó a La Tribuna de Automoción que decidieron lanzar los modelos utilitarios primero para «suplir la necesidad de la logística cero emisiones dentro de las ciudades», pero que la propulsión eléctrica llegaría a los modelos de pasajeros poco después, así como para la Opel Combo y la Toyota Proace, que se basa en la misma plataforma y se fabrica en la misma planta.
Desde que se introdujo la nueva generación de estos derivados, en 2018, las ventas acumuladas superan ya el millón de unidades y todas las versiones eléctricas contarán con el mismo propulsor de 100 kW (136 CV), con una batería de 50 kWh para brindarles 275 km de autonomía en el ciclo WLTP, con la capacidad de conectarse a puntos de recarga de 11 kW, que tardarían cinco horas en volver a estar al 100% (siete y media en uno de 7,4 kW).
Stellantis no ha querido restar de la experiencia de estos vehículos en comparación con sus turismos, así que los modelos cero emisiones cuentan con 18 sistemas de asistencia a la conducción, entre los que destaca un retrovisor por cámara, especialmente útil para los modelos profesionales que cuentan con paneles traseros en vez de ventanas.
Además, en vez de un cuadro de instrumentos analógico, tanto la Peugeot como la Berlingo cuentan con una pantalla digital que se puede personalizar para ofrecer diferentes visiones, como el consumo de energía o el navegador, como ocurre con los modelos más caros de su oferta. En el caso del emblema del león, cuenta con el sistema i-Cockpit, que tiene un volante más pequeño y el cuadro de instrumentos por encima.
Ambos modelos cuentan con una capacidad de carga máxima de 800 kilos, así como de una de remolque de 750 kilos. También mantienen, como sus variantes térmicas, el espacio interior que les caracteriza, con 113 litros en los compartimentos de la cabina, y hasta 4,4 metros útiles (en las versiones largas) en el suelo.
En cuanto a la conducción, cuenta con tres modos que limitan la entrega de potencia para preservar la autonomía: Eco, Normal y Power. Este último tiene una entrega sorprendente de 260 Nm, más que suficiente para moverlas con agilidad.
En España, los precios parten de los 24.950 euros para la versión corta de Peugeot y llegan hasta los 28.900 euros para la larga de Citroën, sin contar con los incentivos para comprar vehículos cero emisiones, como el Moves III ni ofertas de lanzamiento.
