Dentro de los ambiciosos planes de electrificación de Daimler, desvelados en julio, entraba la creación de ocho nuevas fábricas de baterías —cuatro de ellas en Europa y una en Estados Unidos—. El presupuesto necesario para convertirse en una marca 100% eléctrica «en los mercados que lo permitan», según su CEO, Ola Källenius, será de 40.000 millones de euros entre 2021 y 2030.
La última novedad de este impulso cero emisiones —para el que prevén que será necesario construir una capacidad anual de 200 GWh— es la entrada del gigante alemán en el accionariado de Automotive Cells Company (ACC), la joint-venture que formó Stellantis con la energética gala Total el año pasado. En 2022, se prevé que la inversión de la teutona esté en el entorno de los 500-600 millones de euros. Este desembolso les proporcionará una posición equitativa del 33% con los dos fundadores originales, así como dos de los seis puestos en la Junta de Supervisión. En total, estiman que el coste no superará los 1.000 millones.
ACC cuenta ya con dos localizaciones en marcha: Douvrin (Francia), que estará operativa en 2023; y Kaiserslautern (Alemania), que lo hará en 2025. Su modelo es similar y parten de una estrategia modular de 8 GWh hasta alcanzar un máximo de 24 GWh cuando estén completadas. Sin embargo, de cara al futuro, la llegada de la marca de la estrella ha hecho que su ambición se…
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