A medida que se avanza en la descarbonización y los fabricantes son conscientes de la importancia que tendrá la conducción autónoma, estos comienzan a desvelar sus visiones de futuro para la movilidad urbana.
Uno de los primero en hacerlo, por ejemplo, ha sido el Grupo Volkswagen, que pretende lanzar un servicio de shuttles robóticos llamado Moia en Hamburgo en 2025. Los vehículos que emplearán son la furgoneta eléctrica ID.Buzz, adaptada para pasajeros o mercancías, en función del uso que requieran.
Stellantis, en cambio, ha optado por una solución diferente. A través de una plataforma eléctrica, llamada Citroën Skate, que incorpora todos los sensores necesarios para la conducción automatizada, incluyendo el lidar, así como unos neumáticos esféricos desarrollados por Goodyear, la empresa de los dos chevrones ha trasladado el potencial de desarrollo a terceros, capaces de crear nuevos servicios en la ciudad.
Por ejemplo, en la presentación del concepto —que, según su consejero delegado, Vincent Cobée, podría estar listo entre 2027 y 2029, en función de la aceptación por parte de los ayuntamientos—, se desvelaron tres “carrocerías” nuevas, con usos diferenciados.
Una, de la mano de la cadena de hoteles Pullman, por ejemplo, se trataba de un vehículo unipersonal con una máquina de remo, “para poder hacer cardio mientras se está en un atasco”, en palabras de la directora de Producto de Citroën, Laurence Hansen. El ejercicio del pasajero, además, serviría para recargar la batería de la plataforma.
Otras aplicaciones presentadas fueron el Sofitel Voyage, desarrollada por otro grupo de hostelería, que reemplazaría los servicios de limusina; o el JCDecaux City Provider, un vehículo de pasajeros pequeño que actuaría como bus y marquesina móvil para cuatro pasajeros.
Sin embargo, los usos del Skate, que mide menos de 2,6 metros de largo y 1,6 de ancho, no estarían limitados por ello. Cobée afirmó que la mentalidad “open-source” está en el proyecto, poniendo a disposición los datos técnicos para cualquiera que quiera usarlo. Algunos de los ejemplos que mencionaron fueron un taller móvil, un food-truck, un estudio de tatuajes o una consulta médica.
La velocidad máxima a la que puede llegar el concept de Citroën es de 25 km/h y para facilitar su tránsito en las ciudades, desde la empresa afirman que lo más práctico sería reservarles un carril especializado, del mismo modo que los autobuses ya cuentan con uno en los núcleos urbanos.
Además, Hansen declaró que estos usos de movilidad compartida serán la manera más eficaz de llevarle la conducción autónoma a la población, pues la cantidad de sensores que necesita un vehículo de Nivel 5 haría que el uso particular tuviera un coste prohibitivo.
