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Anfac recomienda medir la temperatura antes de entrar a fábrica e impedir el acceso si es superior a 37,5º

La asociación española de fabricantes de vehículos ultima el protocolo para recuperar la actividad en las factorías del automóvil, el cual quiere consensuarlo, en los próximos días, con los sindicatos y los ministerios de Industria y Sanidad. En el documento, se fija que, con carácter general, la distancia mínima entre operarios sea de un metro, lo que contrasta con lo defendido por los representantes sindicales, que hablan de, al menos, dos metros de separación.

Instalaciones productivas de Seat en Martorell.
Instalaciones productivas de Seat en Martorell.

La Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) está ultimando su Protocolo sanitario de Recuperación de la Actividad Industrial con el objetivo de consensuar con los sindicatos y los ministerios de Industria y Sanidad unos principios comunes que permitan a las empresas del sector reiniciar el trabajo durante los próximos días.

El documento de trabajo de la patronal, que ha sido modificado en varias ocasiones a lo largo de las últimas semanas y que todavía está abierto a nuevos cambios, recomienda establecer un control preventivo a los empleados antes de que entren a las factorías, consistente en la toma de temperatura manteniendo la distancia de seguridad, según ha podido saber La Tribuna de Automoción de fuentes del sector. En caso de que una persona registre más de 37,5 grados no se le permitirá el acceso y, además, será aislada temporalmente y equipada con mascarilla.

Sobre esta medida, Anfac aclara que, aunque “no es una recomendación médica”, se trata de una acción preventiva y “en principio no está prohibida”. Eso sí, matiza que las compañías deberán abstenerse de hacer un registro con los datos de temperatura de cada uno de los operarios.

Otro punto clave en el protocolo, que incorpora un enfoque integral estableciendo pautas en todos y cada uno de los movimientos de personas y mercancías, es el relativo a la regulación de la actividad en las líneas de producción. Aquí, se fija con carácter general que los trabajadores mantengan una distancia mínima de un metro y en caso de que un proceso concreto requiera de un espacio interpersonal menor y no sea posible ninguna solución organizativa, adicionalmente, será necesario el uso de mascarillas quirúrgicas.

La patronal, como norma básica, apunta que toda la plantilla deberá llevar mascarillas proporcionadas por la empresa, de acuerdo con las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto significaría que, en entornos profesionales no contaminados, como serían las plantas, no hace falta el uso de las de tipo FFP2, que suponen una mayor protección.

De cara a garantizar la disponibilidad de este material sanitario, Anfac señala que hay que reconocer el derecho de las empresas a disponer de un número suficiente de máscaras para poder desempeñar la actividad, así como un stock mínimo.

Los postulados de los fabricantes sobre la distancia mínima y el tipo de mascarillas podrían no contar con el respaldo de los sindicatos y es que en los pronunciamientos que han hecho estos últimos en los días pasados se refieren a que al menos tiene que haber dos metros, como recomienda Industria y Sanidad, y que no es suficiente el uso de las de tipo quirúrgicas, sino hay que ir a unas de mayor seguridad.

Unas consideraciones que se ven reforzadas, en la primera cuestión, con lo establecido en las orientaciones para el sector industrial publicadas por el Ministerio de Trabajo,  el 2 de abril, en las que se concreta que entre operarios haya mínimo dos metros —reorganizando la distribución de los puestos, o variando la velocidad de la línea de producción— y si no es posible que se empleen “mamparas u otros elementos físicos que no entorpezcan la visión del operario”.

Sin embargo, respecto a los Equipos de Protección Individual (EPI), se indica que, “con carácter general, no será necesario el uso de adicionales a los requeridos por la actividad laboral”. No obstante, estas recomendaciones se elaboraron antes de que la Organización Mundial de la Salud (OMS), y el propio Gobierno español, iniciara un estudio sobre si se debería recomendar e incluso exigir el uso de mascarilla en espacios públicos. Aunque aún no se ha cambiado de criterio, es probable que en las próximas fechas, cuando aumente el abastecimiento, el Ejecutivo siga la tendencia de los países asiáticos y pida que este tipo de protección no se limite solo a los sanitarios y personas con síntomas.

Organización de la producción

Más allá de los criterios de protección del personal, la asociación recomienda que, si fuese posible, la empresa lleve a cabo un reajuste de los niveles de producción, introduciendo un plan de turnos con el fin de reducir al mínimo los contactos. En esta primera fase de vuelta al trabajo, se determina, además, que hay que elaborar una lista de trabajadores con patologías sanitarias previas, de riesgo ante el contagio por el coronavirus, para que no se reincorporen a su puesto, aunque no se expresa el lapso de esta cuarentena.

Esta medida también iría en línea con las pautas del Ministerio de Trabajo que establece que “el servicio sanitario del servicio de prevención de riesgos laborales deberá evaluar la existencia de trabajadores especialmente sensibles a la infección por coronavirus” para protegerlos particularmente.

En términos genéricos, y una vez arrancada la fabricación, no se permiten las reuniones presenciales, no obstante, si fuese imposible celebrarlas de manera remota y ante una urgencia, se podrán llevar a cabo con el mínimo número de asistentes y siempre respetando la distancia interpersonal.

Con el objetivo de que el protocolo se cumpla, Anfac recomienda la creación de un Comité con la participación de los sindicatos y los servicios de prevención de riesgos laborales. Además, se apunta que habrá que establecer un sistema de controles internos en cada empresa.

 

 

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