Como si las redes de distribución no tuvieran lo suficiente de lo que preocuparse. Además de las elevadas inversiones que les solicitan que hagan los fabricantes a los que representan, ya sea para estar a la altura de estándares cada vez más elevados, de contar con el mejor equipamiento para posventa, cargadores eléctricos de determinadas características o pensar en cómo retener clientes que acuden con una frecuencia cada vez menor, ahora tienen que enfrentarse a un sector ajeno comercializando vehículos.
La federación de la distribución oficial, Faconauto, ha denunciado la irrupción en el mercado de la venta de automóviles de entidades financieras y, en concreto, de sus ramas de crédito al consumo. En vez de permitir que el solicitante de un crédito tome una decisión respecto a qué modelo desea adquirir, dichas empresas ofrecen coches —tras llegar a acuerdos con las marcas a espaldas de los concesionarios— vinculados a operaciones de financiación y otros productos cruzados.
La asociación, en su comunicado, se dirige en partida doble a los fabricantes y a los bancos, recordándoles su papel como aliados. A los primeros, como los únicos que pueden absorber su producción en firme y como punto de contacto principal con los compradores; a los segundos, como motores de su fuente principal de ingresos, dado que la financiación de vehículos es una área en alza para el crédito al consumo (+19,8% en 2018).
Para Faconauto, es injusto que, al contrario de las redes de concesionarios, las entidades financieras no tengan que estar sujetas a la tutela y estándares de las marcas, que también incluyen formación para que sus empleados puedan ofrecer la mejor atención al cliente posible.
La venta directa es una de las preocupaciones más acuciantes para los distribuidores, un modelo lucrativo que prescinde de las inversiones inmobiliarias y de la gestión de inventarios, dos partidas en el debe que determinan los márgenes de rentabilidad de cualquier concesión. Las marcas están explorando estas posibilidades y, según la asociación: “Si cundiera el ejemplo, esto podría traducirse en un verdadero problema”.
