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Passat, el génesis de la era conectada de Volkswagen

El restyling del sedán más popular de Volkswagen trae consigo una versión híbrida enchufable, un nuevo motor diésel para hacer frente a las sanciones de emisiones y el ecosistema digital VW WE.

Volkswagen Passat 2020

El segundo Volkswagen más vendido de la historia abre la vía para la nueva generación de híbridos enchufables de la marca alemana. Destronar al Golf, con sus 35 millones de unidades vendidas es prácticamente imposible. Pero el Passat, con 30 millones desde que salió al mercado en 1973 ha demostrado ser un acierto en el segmento hegemónico hasta el ascenso de los SUV: las berlinas medias.

Ahora, como consecuencia de la popularidad de los todocaminos, los sedanes han quedado relegados a las flotas de empresas, y es ahí donde ha enfocado su estrategia VW. De hecho, el canal de personas jurídicas es el único que crece en el acumulado de 2019: con un +3,4%. —particulares, en cambio, desciende un 9,4%—. Según las cifras de la marca, el Passat es el líder de ese canal, con una cuota del 10,3% y 4.330 unidades por delante de su rival inmediato.

Y tiene sentido, pues el Passat ofrece los mejores acabados de la marca, un diseño sobrio y la insignia no suscita las connotaciones de exceso que podría evocar una flota de otros fabricantes premium. Para cubrir escalonadamente las necesidades de sus clientes, VW ofrece cuatro acabados: Passat, Business, Executive y el más deportivo R-Line. Los saltos de precio entre ellos son de 1.200,  1.950 y 2.200 euros, respectivamente, y el modelo más básico parte desde 30.600 euros.

Desde Volkswagen entienden que los clientes particulares se centrarán en las dos variantes superiores, que son las que acaparan el mayor número de novedades con el restyling; mientras que las flotas optarán por el Business. Además del sedán clásico, también existe una versión familiar (Variant) y una ranchera (Alltrack), con mayor distancia libre al suelo, suspensiones adaptativas y tracción a las cuatro ruedas.

Los motores disponibles son tres gasolina, de 150, 190 y 272 CV; cuatro diésel, de 120, 150, 190 y 240 CV; y el híbrido enchufable para la versión GTE, que cuenta con 218 CV de potencia combinada y 57 km de autonomía en modo eléctrico. Los únicos que tienen una transmisión manual disponible son los de combustión de 150 CV, y el de gasóleo es la última generación de este tipo de propulsores del conglomerado alemán para hacer frente a las restricciones de CO2 de Bruselas: con un sistema de dos catalizadores y el doble de Adblue.

Hasta ahora, los sensores de asistencia a la conducción de Volkswagen funcionaban en silos, de forma independiente y enfocados únicamente en su propia labor. Sin embargo, con la nueva centralita del Passat, los ingenieros se han esforzado por que se integre en un sistema completo que dota al sedán de capacidades avanzadas de control de crucero adaptativo, mantenimiento de carril, detección de señales de tráfico, frenada de emergencia y aviso de ángulos muertos. A efectos prácticos, el funcionamiento no es diferente al de otros rivales de su segmento, salvo por el nuevo volante sensible, capaz de detectar cuántos dedos están apoyados, y avisar, alarmado, si no halla ninguno. Esta agregación de datos permite comunicar toda la información a los servidores de Volkswagen, a través de su nuevo ecosistema digital, VW WE.

Esa es otra de las novedades introducidas por la marca con el Passat. La gestión de la información por parte del fabricante servirá para agregar los datos sobre el uso y ofrecer servicios bajo demanda, actualizar del software de manera remota o enviar avisos de mantenimiento predictivo. Esta área de negocio del conglomerado alemán será la encargada de gestionar los servicios digitales en el futuro, como WE Deliver, que está en su fase piloto en España y Alemania. A través de él, el propietario puede recibir paquetes en el maletero del coche, abriéndolo durante 30 segundos.

El Passat 2020 viene, además, con una tarjeta SIM integrada, ofreciendo conectividad constante a internet e incluso la posibilidad de servir como punto de conexión para los tripulantes. El sistema de control de comandos por lenguaje natural se irá expandiendo con el uso, pues el algoritmo de machine learning está en los servidores de Alemania. La conexión con el teléfono se hace únicamente con entradas de USB tipo C o de forma inalámbrica —pudiendo traspasar aplicaciones más allá del Bluetooth—. Todo se puede manejar desde los mandos situados en el volante o a través de la pantalla táctil de 9,2 pulgadas, que no tiene botones físicos, salvo por los de climatización.

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