Daimler va a tener que trabajar “extremadamente duro” en recortar costes para poder adaptarse a la transformación tecnológica que requiere el sector, avanzó el presidente del grupo, Ola Källenius, quien descartó, por el momento, que vayan a emprender recortes de personal.
“Tenemos que trabajar en (una disminución de) los costes en los próximos cinco o diez años”, subrayó el directivo en una mesa redonda con periodistas en el Salón Internacional de Fráncfort, donde Mercedes-Benz exhibió su gama EQ.
La estrategia de electrificación que está siguiendo el fabricante —afirmó Källenius— requiere “una gran inversión”, lo que les llevará a buscar la eficiencia “en todas las áreas” y, además, enfocarse en aquellos proyectos que vayan a resultar más rentables.
Asimismo, confía en que, más adelante, la economía de escala les ayude en la producción de vehículos eléctricos. El objetivo es que, en un futuro, el coste de producir uno de estos coches resulte similar al de uno de combustión.
Conseguir el equilibrio en sus cuentas va a ser un desafío para Daimler, que registró en sus resultados financieros de su segundo trimestre un gasto excepcional de 4.200 millones de euros, para afrontar los procedimientos legales en torno al escándalo de las emisiones diésel y la retirada masiva de vehículos equipados con airbags defectuosos.
En cuanto a la situación global de la industria, el presidente del grupo alemán descartó que se esté dando una “recesión”, y alegó que las marcas premium suelen mostrar su resiliencia incluso en mercados como en China, el más grande del mundo, y que camina hacia lo que podría ser su segundo año de retroceso.
Källenius descartó, también, que la situación actual vaya a influir en la plantilla de Daimler, dado que tienen “posibilidades de reaccionar si fuera necesario” gracias a elementos como los modelos de turnos flexibles.
