La tercera generación del popular compacto de la marca coreana ha traído consigo diferentes carrocerías para cubrir todos los nichos a los que se pueda enfrentar. Tras la presentación del shooting brake ProCeed en enero, con pretensiones más deportivas, la versión Tourer llega, enfocado a las familias, con dos argumentos de peso: su precio y la capacidad de su maletero.
Y es que Kia ha conseguido, a través de un uso ingenioso de su nueva plataforma K2, alargar el Tourer respecto a su generación anterior 11,5 cm que, sumados a su mayor anchura (20 mm), hacen que el almacenamiento trasero ascienda a 625 litros, 97 más que en la versión anterior, situándolo en la cúspide del segmento C y por encima de rancheras más grandes como el Renault Talisman, Opel Insignia o Volvo V60.
Además, el espacio de carga cuenta con soluciones como almacenamiento escondido tras un doble fondo, un sistema de rieles para organizar el espacio o asientos traseros que al plegarse hacen que el suelo quede al mismo nivel. Como la nueva generación es más baja (20 mm) y cuenta con apertura del portón sin manos, depositar objetos en la parte trasera es mucho más sencillo.
Las motorizaciones disponibles son dos bloques gasolina, un tricilíndrico de 1.0 L que produce 120 CV y un tetracilíndrico de 1.4 L, que entrega 140 CV. Las motorizaciones diésel provienen de la misma planta de 1.6 L, aunque capaces de desarrollar 116 y 136 CV. El cambio automático de doble embrague DCT de siete marchas está disponible en las versiones más potentes de ambos carburantes. La marca confirmó que a partir de 2020 estarían disponibles las versiones mild-hybrid e híbrida enchufable.
Los niveles de acabado van desde el más básico Concept (a partir de 14.900 euros con el motor 1.0 y descuentos de financiación), pasando por Drive (17.412 euros), Tech (18.605) y GT Line (22.105), los modelos diésel son ligeramente más caros —es un bloque más moderno—, pero desde la marca estiman que más del 50% de las ventas serán propulsadas por gasolina. Tan fuerte es la apuesta de Kia por su nuevo Ceed queestiman que superará en ventas al SUV Sportage, y cerrarán el año con 17.600 unidades comercializadas.
Parte de este éxito es que el Ceed Tourer “viene a ser el sustituto natural del Carens”, según la marca. En una encuesta a los conductores de su monovolumen, Kia llegó a la conclusión de que sus conductores valoraban el espacio y el precio por encima de todo lo demás, y que únicamente un 5% de sus clientes requerían los siete asientos de los que disponía. Por ello, y por ofrecer mejores prestaciones y mejores consumos, el Tourer compite dentro de los segmentos C1 (compactos familiares) y C-MPV (monovolúmenes compactos).
En cuanto a equipamiento, cuenta con sistemas de asistencia a la conducción modernos, como la detección de ángulos muertos, control de crucero adaptativo o sistema de mantenimiento de carril —aunque algo brusco—. La conectividad con el teléfono es sencilla, pero por motivos de seguridad, impide que se enlace el Bluetooth con el vehículo en marcha. Además, el conductor puede elegir entre dos modos de conducción: Normal y Sport, que endurece las suspensiones y la respuesta del volante.
