Pablo M. Ballesteros / Ribadesella (Asturias)
En pleno debate por la conveniencia del uso del diésel, Volvo ha presentado el V60, un station wagon para el que prevén que la demanda será en un 70% diésel —40% del D4 de 190 CV y 30% del D3 de 150— y en un 30% del T6 gasolina, de 310 CV. Esto se debe a que al ser un modelo del segmento D, las diferencias de consumo entre ambos motores es bastante elevada.
El hecho de que Volvo diga que el diésel tiene futuro en el segmento familiar no es baladí. No en vano, Volvo lleva 60 años fabricando este tipo de vehículos, y, con seis millones de unidades vendidas en estas seis décadas, un tercio de sus operaciones corresponden a estos modelos. Además, hay que tener en cuenta que el fabricante nórdico ha anunciado que dejará de apostar por el diésel, aunque ha puntualizado que «seguirá ofreciéndolo mientras haya demanda», como es en el caso del V60.
No obstante, la oferta mayoritariamente diésel, se verá complementada con la llegada, entre finales de año y principios de 2019, de dos híbridos enchufables, El T6 TE que entrega 304 CV y el T8 TE de 390 CV. Además, llegará otro propulsor gasolina, el T5 de 254 CV.
La seguridad como arma
Las armas del V60 son las clásicas de cualquier vehículo Volvo: la seguridad. En este sentido, destaca el City Safety; el sistema de alerta de tráfico cruzado (gracias al cual el coche frena si no se puede evitar un impacto de frente, con lo que se minimiza el daño del siniestro), que se estrena en este modelo; otro sistema similar, pero que lo que hace es ayudar al conductor en la maniobra de escape si la inicia, el Volvo on Call, de serie, que además de funcionar como el obligatorio e-call, permite tener acceso al vehículo desde el móvil.
Otro avance, pero que aún no ha llegado a España y que solo se oferta en Suecia y Noruega, es el sistema de alerta de luces de emergencia. Éste consiste en que cuando un Volvo enciende los warnings, el resto de vehículos de la misma marca reciben la advertencia.
Además de los dispositivos de asistencia a la conducción que van incorporando poco a poco los vehículos Volvo, que les acercan a un horizonte de coche autónomo y a su meta de que en 2020 no haya ningún fallecido ni lesionado grave en accidente de tráfico, el V60 también ha mejorado en la capacidad del maletero, que ha pasado de uno de 430 litros a uno de 529.
Con tres niveles de acabado —momentum, inscription y el deportivo R-Design—, se prevé vender alrededor de 1.000 unidades en este ejercicio, de un modelo que ya está disponible en los concesionarios, desde un precio de 45.900 euros, incluyendo el Impuesto de Matriculación.
Una marca en crecimiento
Durante la presentación nacional del modelo, el director de Prensa, Jorge Muñoz, defendió los buenos números de la marca sueca en 2018 y destacó que a nivel mundial las ventas se han incrementado un 14,4%. Volvo ha crecido en los últimos cinco años pasando de 24.000 empleados a 38.000. Además, este año han abierto su sexta fábrica —dos en Europa, tres en china y una en Estados Unidos—, en EEUU Charlestone donde fabrican el S60. Por otro lado, han ampliado la capacidad productiva de Gante (Bélgica).
Precisamente, en la fábrica flamenca se empezará a ensamblar el V60 a finales de año, con lo que se complementará la actual producción de Gotemburgo (Suecia).
En cuanto a la previsión de ventas en España, se espera que las operaciones crezcan un 16% en 2018, con 16.000 unidades, frente a las 13.540 de 2017.
