Juan Roig Valor / Oporto (Portugal)
El nuevo Audi A6 es un coche que no sorprende. Bebe de las mismas fuentes que sus hermanos mayores recién renovados, A7 y A8 y, considerando lo logrado por la marca de los cuatro aros con ellos, el rival del BMW Serie 5 o del Mercedes Clase E hará que la lucha por el segmento premium continúe a ser interesante.
Esencialmente, la berlina es una versión más manejable del buque insignia de Audi, el A8. De hecho, comparte con ella las dos motorizaciones más potentes: una diésel de 286 CV y 620 Nm de par, y una gasolina de 340 CV y 500 Nm. Ambos propulsores cuentan con una disposición V6, tracción total Quattro y cambio automático (de ocho relaciones Triptronic para el gasóleo, o S Tronic de doble embrague con siete marchas para el gasolina).
En la presentación, su director de proyecto, Christian König, desveló que uno de los principales enfoques en los que habían trabajado era la versatilidad. Va a ofrecerse en todos los mercados de Audi, e intentando satisfacer a todos por igual: el confort de los clientes de empresas en Europa; la búsqueda de la deportividad para EEUU, y el símbolo de status tecnológico en China.
En todos esos ámbitos, el A6 cumple. En las serpenteantes carreteras de la ribera del Duero portuguesas donde se realizó su presentación en sociedad, el sedán demostró poder circular sobre carreteras en obras sin inmutarse con su suspensión neumática; adelantar al resto con un toque del acelerador —el gasolina pasa de 0 a 100 en 5,1 segundos— o usar un intuitivo sistema multimedia, controlado por voz, por dos pantallas táctiles o por los mandos del volante. Todo mientras el silencio en el habitáculo era casi sepulcral, por una solución ingeniosa que reducía las vibraciones del propulsor, uniéndolo con el chasis; a menos que se quisieran aprovechar los más de 1.900 vatios de potencia de su sistema de sonido 3D.
La tecnología, el plato fuerte
Audi tiene que amortizar la inversión que supuso el desarrollo de las soluciones técnicas que llegaron con el A8. Es habitual para los fabricantes estrenar sus avances en lo más alto de su gama y que vayan llegando en forma de cascada al resto de modelos, a medida que se van renovando.
Y es lógico que ocurra con el sistema multimedia, una de las cartas de presentación del A8 que ya ha llegado al A7, al A6. Las dos pantallas en la consola central están claramente inspiradas en los smartphones, la superior se puede configurar al gusto del conductor y muestra la información de navegación y entretenimiento, mientras que la inferior, más pequeña, controla la climatización y sirve como método de entrada de direcciones, ya sea con un teclado o escribiendo fluidamente con el dedo sobre ella. Ambas pantallas son hápticas, y al pulsar una opción, se siente y escucha un clic satisfactorio.
Posiblemente, este sistema sea lo que más impresione, porque el conductor está en contacto directo con él, pero donde realmente han demostrado la proeza tecnológica es en el cerebro de la operación: el procesador zFAS.
Este dispositivo recoge constantemente la información que le llega a través de los muchos sensores alrededor del A6 (cámaras, radares, ultrasonidos, infrarrojos y láser…) para crear un modelo del entorno detallado y que se pueda anticipar a las condiciones de la carretera para hacerlo más seguro. Las versiones que probamos no contaban con el modo semiautónomo Audi AI, pero probablemente llegará cuando sorteen las trabas legales.
Este procesador no solo crea un entorno para el coche, sino que controla las luces (haciéndolas dinámicas, para que se ajusten a las curvas, por ejemplo), la cantidad de potencia que se envía a cada rueda, la información que le llega a través de internet o el grado de giro de las ruedas traseras, que otorgan al A6 un comportamiento mucho más en línea con un coche de segmentos inferiores.
Todo esto está alimentado por un sistema mild hybrid de 48 voltios que permite reducir los consumos en hasta 0,7 litros por cada 100 km (aún así, el gasolina consume 7,1), activar la función de conducción eléctrica durante un minuto al levantar el pie del acelerador y, quizás más importante, poder obtener la etiqueta ECO de la DGT.
En inglés existe la expresión Jack-of-all-trades, master of none, que tiene su homóloga en español: quien mucho abarca, poco aprieta. El nuevo Audi A6 es la excepción a esta regla. Saldrá al mercado a partir de 63.000 euros.
