Ignacio Anasagasti / San Bernardo (Valladolid)
Ford ya tiene todas las armas afiladas para luchar en el segmento B. Tras el lanzamiento del Ka+, le acaba de llegar el turno al nuevo Fiesta, que transita por su séptima generación y que empezará a entregarse en los concesionarios españoles desde mediados de julio.
Ambos modelos, en opinión de la marca, forman una dupla muy atractiva con la que atacar al cliente interesado en los urbanos compactos. Con la sexta edición, el coche estaba pensado para cubrir todos los tipos de compradores, sin embargo con la recién lanzada solo se perseguirá a los que estén buscando un automóvil más refinado, de mayor valor añadido y con un rendimiento más elevado. Para aquellos consumidores en cuya compra el precio es determinante, el fabricante pone a su disposición la renovación del Ka.
Fabricado en Colonia (Alemania), el nuevo Fiesta se sigue comercializando con carrocería de tres –solo en versiones Trend y ST-Line— y cinco puertas. En este segundo caso, la oferta se estructura en torno a cuatro versiones, Trend (con su mejora Trend+), Titanium, ST-Line y Vignale. Las dos primeras están disponibles desde el lanzamiento mientras que el otro par se entregarán a partir de septiembre. A esta gama, se le sumarán, a finales del primer trimestre de 2018, una variante crossover denominada Active y la deportiva ST con un propulsor de 200 CV.
En diseño, el frontal cuenta con una parrilla más amplia y la trasera, con unos nuevos faros en forma de C. El modelo, que ofrece por primera vez como opción un techo panorámico de cristal con abertura practicable, ha variado su configuración en relación a la vía delantera y trasera, que crecen, respectivamente, 30 mm y10 mm; y en cuanto a la batalla, que se ha incrementado en apenas 4 mm. Por su parte, en el interior sobresale una consola central más intuitiva, con casi un 50% menos de botones, la opción de un volante calefactado y un mayor espacio (+16 mm) para las rodillas en los asientos traseros.
Donde más sobresale el nuevo Fiesta es en su equipamiento tecnológico, especialmente en los sistemas de ayuda a la conducción. Entre los dispositivos disponibles destaca el de detección de peatones, el de aparcamiento con frenada automática para evitar golpes, el de reconocimiento de señales, las luces largas automáticas, la alerta de tráfico cruzado, el control de crucero adaptativo y el aviso de colisión frontal o de ángulo muerto. En el apartado del infoentretenimiento, se incluye el sistema Sync 3 con pantalla táctil de hasta ocho pulgadas y el equipo de sonido B&O Play, con 10 altavoces.
La oferta mecánica se compone de cinco opciones de gasolina repartidas en dos propulsores, uno de 1.1 litros (70 CV y 85 CV) y un Ecoboost 1.0 (100 CV, 125 CV y 140 CV); así como de dos variantes de diésel, con un equipo TDCI de 1.5 litros (85 CV y 120 CV). Los motores, según versiones, pueden ir asociados a una transimisión manual de cinco o seis velocidades y a una automática de seis marchas.
El modelo ha mejorado sus prestaciones dinámicas, gracias a una nueva suspensión y un control de par vectorial, mejorándose el agarre en curvas un 10% y las distancias de frenado un 8%.
Ford, con la renovación del Ka y del Fiesta —se vende a partir de 12.229 euros sin descuentos—, espera poder mejorar su penetración en el segmento B en España, que, actualmente, se sitúa entre un 7% y un 8%.
