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La plantilla de Nissan Ávila teme que el NT400 se deslocalice a la fábrica de Mitsubishi en Portugal y se cierre la factoría

Pablo M. Ballesteros / Madrid

Los empleados de Nissan en la fábrica de Ávila tienen la sospecha de que la Alianza Renault-Nissan ha decidido trasladar la producción del NT400 –el único camión que ensamblan a día de hoy, tras el cese del NT500 el 22 de diciembre de 2016– a la fábrica de Mitsubishi Fuso Tramagal (Portugal) en 2019, lo que conllevaría el cierre del centro abulense.

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Pablo M. Ballesteros / Madrid

Los empleados de Nissan en la fábrica de Ávila tienen la sospecha de que la Alianza Renault-Nissan ha decidido trasladar la producción del NT400 –el único camión que ensamblan a día de hoy, tras el cese del NT500 el 22 de diciembre de 2016– a la fábrica de Mitsubishi Fuso Tramagal (Portugal) en 2019, lo que conllevaría el cierre del centro abulense.

El temor de los trabajadores se fundamenta en que la planta lusa, en la que trabajan algo más de 300 operarios y que es propiedad de Daimler, produce el Canter que es un modelo muy similar al NT400 y el consorcio franco-nipón realiza producciones conjuntas de otros vehículos con la empresa alemana. Sin ir más lejos, la pick up NP300 Navara que, en breve, Nissan Barcelona producirá para la marca de la estrella.

Esta opción es una de la pocas que le quedarían a Renault-Nissan para deslocalizar el camión (Ávila también produce para Renault), ya que en Europa no tiene otra fábrica que haga industriales ligeros. El pesimismo de los empleados, que ha llegado a los mandos de la factoría, también se fundamenta en el “silencio de la dirección” y en que “hay naves que están al 60%, porque se está desmantelando la planta“.

En concreto, se refieren a la maquinaria del NT500 que, a pesar de que, según la compañía, “sólo está congelado”, a la espera de decidir si se vuelve a producir en algún momento, el instrumental está desmontado y metido en palés. La supuesta congelación del NT500 se debe a que desde 2017 no cumple con la normativa Euro 6 y tendrían que decidir si invertir entre 10 y 20 millones de euros, para adaptar un camión que no estaba respondiendo bien en el mercado.

La Junta congela las ayudas a Nissan

El fin (supuestamente provisional) de la producción del camión más grande de los que se producía, el pasado 22 de diciembre, ha sido el último empujón que necesitaba la Junta de Castilla y León para llamar a capítulo a la multinacional japonesa y ha decidido, utilizando el argot Nissan, “congelar las ayudas” a la empresa.

La queja del Gobierno regional se debe a que, al igual que el Ministerio de Industria, se han enterado del fin del NT500 por la prensa, según denunció la consejera de Economía y Hacienda de la comunidad autónoma, Pilar del Olmo. La responsable castellanoleonesa recordó a Nissan que tiene la obligación de informar del fin de la actividad de un modelo, cuya producción estaba comprometida hasta 2023, cuando esté recibiendo ayudas por el mismo. Fuentes autorizadas de Nissan desmienten la falta de información y declaran que se emitió un anuncio por escrito a ambas administraciones.

El Ejecutivo castellano también se ha disgustado porque la compañía japonesa ha atrasado en varias ocasiones el anuncio de un nuevo plan industrial, más allá de 2019. Nissan señala que antes del 31 de marzo dará la información y que no es necesario precipitarse, pero Del Olmo se ha quejado de que es la cuarta vez que se pospone este asunto.

Además, las previsiones para los próximos meses no son positivas ya que la producción del NT400 podría bajar de las 74 unidades diarias a 50, lo que incrementaría el excedente de personal que se ha generado con el fin del NT500 para que el que se habían invertido 168 millones de euros en 2014, de los cuales 100 se destinaron a la fábrica.

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