Ignacio Anasagasti / Madrid
La dirección de Ford en Almussafes (Valencia) ha descartado, finalmente, la negociación de un Expediente de Regulación de Empleo Temporal (ERTE) en el área de montaje de su planta de motores, para hacer frente a una caída de la demanda prevista en los meses restantes de año, que, en un inicio —antes de las vacaciones de verano—, se calculó en 15.000 unidades, pero que hoy, en una reunión de la Comisión Consultiva ha rebajado a entre 11.600 y 12.600 (contando los propulsores que se han dejado de producir con la parada de producción del 5 de septiembre), según han informado a La Tribuna de Automoción fuentes sindicales.
La propuesta del ERTE la deslizó el fabricante en una reunión el 30 de agosto, en la que informó al Comité de Empresa de que la previsión de reducción de la demanda de propulsores era “dramática”, mucho mayor que las 15.000 unidades estimadas. Sin embargo, en el encuentro de este mediodía, Ford ha justificado el ajuste a la baja de la pérdida productiva en que la situación en la factoría de motores es muy cambiante.
En lugar de aplicar el expediente, para solventar el descenso de producción y el excedente generado de alrededor de 30 operarios, la compañía ha propuesto que se extienda a Motores, con matices, el acuerdo del 28 de julio que aprobó con el respaldo de UGT, para solucionar la caída de la demanda en la factoría de vehículos. En este sentido, de aquí hasta el 22 de diciembre, en la línea de montaje del centro de propulsores, el turno (hay activos dos) que esté de tarde cada semana sólo trabajará de lunes a jueves y no de lunes a viernes.
Para recuperar esas horas que se dejarán de trabajar, se aplicará el mismo sistema que en la planta de coches, es decir la creación de una especie de bolsa de horas, que se podrá ir devolviendo con seis turnos completos en sábados de 2017. El planteamiento propuesto ha vuelto a contar con el respaldo de UGT y el rechazo del resto de sindicatos.
