Oscar Vilanova/ Madrid
El plan Back in the Race, ideado por Carlos Tavares, consejero delegado de PSA, para revitalizar el consorcio galo ha concluido, con éxito, su propósito en 2015. No en vano, éste perseguía que el grupo volviera a obtener beneficios, a través de un crecimiento rentable en todo el mundo, tras tres años registrando pérdidas.
A tal fin, la hoja de ruta del ejecutivo luso contemplaba la reducción del número del modelos, el recorte de costes, el aumento de la inversión en I+D+i, la disminución de la dependencia de las marcas con respecto a Europa, su principal mercado, y una mayor diferenciación entre éstas.
Gracias a su empeño, PSA consolidó un beneficio neto de 1.202 millones de euros en 2015, que contrasta con la pérdida neta de 555 millones con la que dio carpetazo a 2014. Asimismo, el consorcio obtuvo un resultado operativo recurrente de 2.816 millones, un 221,8% más que hace dos ejercicios.
Por otra parte, el grupo francés facturó 56.328 millones de euros, lo que supone un incremento del 5,7% en relación a 2014. Por si fuera poco, PSA registró un flujo de caja operativo de 3.722 millones (+107,7%), con lo que la compañía logra, dos años antes de lo fijado, su objetivo de alcanzar los 2.000 millones en este apartado.
Otro de los aspectos positivos radicó en que el beneficio operativo de su división automovilística supuso el 5% de los ingresos el pasado curso, con lo que ya superado el margen del 2% que PSA había fijado para esta unidad en 2018; de hecho, supone el más elevado desde 2002.
Entre las causas que explican este magnífico comportamiento resalta el crecimiento del 1,2% de sus ventas globales en 2015, hasta las 2,98 millones de unidades. En Europa, su mayor mercado, las comercializaciones del grupo aumentaron un 5,9%, hasta los 1,87 millones de vehículos. Otra región fuerte fue Oriente Medio y África, donde el consorcio logró entregar 180.200 unidades, un 6,4% más.
Además de sus comercializaciones, también contribuyó la reducción de sus modelos que, según Jean-Baptiste de Chatillon, vicepresidente ejecutivo y director financiero del grupo, pasaron de los 45 contabilizados en 2014 a 39 en 2015.
Retos para 2016
Para el presente ejercicio, PSA deberá responder con determinación al descenso del crecimiento del mercado chino —de hecho sus ventas en esta nación y en el sureste asiático cayeron un 0.9% en 2015—, y a la crisis de motores diésel generada por Volkswagen, pues más de la mitad de sus ventas en Europa correspondieron a este tipo de propulsores. En este sentido, el fabricante ya ha reforzado esta posición, pues no ha sido hallado ningún dispositivo engañoso en las pesquisas a las que ha sido sometido.
Asimismo, en abril, el consorcio desgranará los principales puntos de su nuevo plan de crecimiento y comenzará a repartir dividendos entre sus accionistas, que procederán de los ingresos obtenidos el pasado ejercicio. Por último, para 2016, PSA prevé que el mercado en el Viejo Continente y en China crecerá un 2% y un 5%, respectivamente; mientras que estima que Latinoamérica caerá un 10% y Rusia, un 15%.
