La omisión de la Fundación Movilidad es una de las medidas que ha fijado el Ayuntamiento de Madrid para reducir el desembolso municipal para lograr un ahorro total de 1.041 millones de euros.
Sin embargo, el recorte es “más político que económico” ya que lo que se va a ahorrar es la nómina de siete empleados, uno de ellos a tiempo parcial, porque la mayoría de proyectos eran financiados con fondos europeos, del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía o por colaboración privada.
El anuncio de que eliminaba una de las fundaciones de las que más había hecho bandera el alcalde de Madrid en los últimos tiempos lo hizo a la vez que se comprometía a utilizar un híbrido como vehículo oficial, para evitar emisiones y para desprenderse de un medio de transporte que estaba tasado en 600.000 euros.
La Fundación Movilidad tenía entre otras funciones la de gestionar el Plan Movele en Madrid. En principio, los proyectos que ya estaban en marcha no se verán comprometidos, aunque sí que se pone en riesgo que se produzca una parálisis en cuanto a nuevas iniciativas, para que el transporte en la capital sea más sostenible.
A día de hoy el objetivo de la Fundación Movilidad, después de cuatro años de trabajo, es transferir los proyectos que están en marcha, aunque “queda en el aire” que área del Ayuntamiento va a ser la que desarrolle los planes elaborados por la fundación extinta “incertidumbre total” y pone en riesgo la posibilidad de generar nuevos proyectos.
